martes, 15 de abril de 2008

CUÁNTO APRECIAMOS LA VIDA MIENTRAS LA TENEMOS

No todo el mundo valora la vida como la vemos después de que hemos recibido un duro golpe, cuando muere un ser muy querido por nosotros. "GRÁGIL Y ÚNICA ES LA VIDA" dicen los científicos.

Mucho se puede escribir o decir, pero pocos hacemos un acto de sinceridad, de expresarlo, la vida es tan efímera a veces, que se nos va de las manos, en un instante, en un abrir y cerrar de ojo, sin desearlo, sin preveerlo, sin sentirlo, y sin poder hacer nada para hacer cambiar ese final, el acto de la muerte.

Nadie puede sentir lo que un ser querido, un familiar, un hijo, un hermano, un padre, siente al pasar por este trago amargo, lo sé. Corto es el tiempo de nuestra existencia, cumplimos ciertos ciclos, pero demasiados cortos, y hasta ahora ninguno de nuestros muertos han regresado de la muerte para decirnos que hay otra vida, otro cielo, otras cosas, bueno eso deseariamos pero nada de eso es real.

Me gustaria imaginar que a Julio Jaramillo le hubiera gustado estar en el cielo con todas sus mujeres y ver a su alrededor a sus hijos y nietos, pero nada de eso es verdad, ni puede ser jamás.

No somos nadie ante el inevitable paso de la vida a la muerte. No somos nadie, somo pequeñitos, no sirven ni el orgullo, ni el dinero ni los Títulos, ni nada, absolutamente nada. No hay Dios que valga.

Estoy seguro que si eso fuera posible, mis antepasados me hubiesen avisado de ese mundo ideal.

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